
Vía ADNRadio
06 de febrero de 2025
El pasado martes comenzó a regir en Chile la norma que obliga a las empresas de telecomunicaciones a utilizar métodos biométricos para verificar la identidad de sus clientes al momento de realizar cualquier tipo de trámite.
La medida busca evitar fraudes, como la contratación de servicios sin consentimiento y el uso de líneas anónimas para cometer delitos.
El subsecretario de Telecomunicaciones, Claudio Araya, explicó en Ciudadano ADN que esta nueva disposición es parte de un plan más amplio de seguridad digital.
“Hasta ahora, cualquier persona podía abrir una línea telefónica a nombre de otra sin verificación. Con esta norma, las empresas están obligadas a confirmar la identidad del usuario mediante huella dactilar o reconocimiento facial”, detalló.
¿Cómo funcionará la verificación biométrica?
De acuerdo con la normativa, cualquier contratación, modificación de contrato o portabilidad numérica deberá contar con la validación biométrica del usuario.
En sucursales físicas, se exigirá la huella dactilar, mientras que en trámites remotos se utilizará reconocimiento facial, contrastando la información con el Registro Civil.
“Es un sistema seguro, porque la empresa solo verifica la identidad con el Registro Civil sin almacenar los datos biométricos. Esto evita que sean utilizados con otros fines”, aclaró el subsecretario Araya.
Control a las empresas y sanciones
La Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) ya comenzó la fiscalización del cumplimiento de la norma. “Detectamos que algunas compañías no estaban aplicando la verificación en contrataciones telefónicas, por lo que se les formularán cargos y enfrentarán multas”, advirtió la autoridad.
Además, esta normativa se complementará con la obligación de registrar a los usuarios de prepago, lo que permitirá asociar cada número telefónico a un titular identificado. “Con estas medidas, se dificultará el uso de líneas para cometer estafas y otros delitos”, agregó.
Reducción de fraudes y estafas telefónicas
Uno de los problemas más comunes es la venta fraudulenta de servicios. Según el subsecretario Araya, muchas personas han descubierto que les han cambiado de compañía sin su autorización.
“Ahora, la empresa tendrá que demostrar que la verificación de identidad fue correcta; de lo contrario, se presumirá que la venta fue irregular”, explicó.
Las llamadas de spam y estafas telefónicas también se verán afectadas. “Antes, cuando una persona era víctima de un fraude telefónico, era casi imposible rastrear al responsable. Ahora, cada línea estará registrada a nombre de un usuario validado biométricamente”, afirmó la autoridad.